
Breve guía para orientarse entre los grados Kelvin, las diferentes temperaturas de luz y el color de las bombillas a elegir para los distintos ambientes.
A la hora de elegir las bombillas para la casa o para un entorno de trabajo, uno de los aspectos a tener en cuenta y no subestimar es la tonalidad del color de la luz. Esta, indicada en grados Kelvin (K), influye mucho en el ambiente de un espacio. Conocer las diferencias entre luz neutra, cálida y fría puede ayudarte a tomar la decisión correcta, evitando elegir una bombilla que estimule la concentración en las habitaciones donde buscas relajarte y viceversa. En este artículo, exploraremos los grados Kelvin, las distintas temperaturas de luz y el color de luz de las bombillas que debes elegir para los diferentes ambientes del hogar o de los locales comerciales.
¿Qué son los grados Kelvin en las bombillas?
Los grados Kelvin (K) representan la unidad de medida de la temperatura de color de las fuentes luminosas. La escala Kelvin define las tonalidades de la luz emitida por una fuente luminosa, utilizando como referencia la temperatura a la que un cuerpo negro ideal debería ser calentado para emitir una luz de un color similar. Cuanto mayor es la temperatura, más fría será la luz, mientras que cuanto menor es la temperatura, más cálida será la luminosidad emitida.

¿Cómo se calculan los grados Kelvin para las bombillas?
El cálculo de los grados Kelvin se basa en la temperatura de color de la luz emitida por las bombillas. Los valores habituales para las bombillas incandescentes iban de 2700 a 3000 K, mientras que las bombillas LED tienen un rango mucho más amplio: aproximadamente de 1.800 K hasta 6.500 K. Por ley, todos los fabricantes de bombillas deben proporcionar información sobre la temperatura de color entre las especificaciones del producto indicadas en el envase.
¿Cómo elegir la temperatura de color adecuada?
La elección de la temperatura de color depende del ambiente y del efecto de luz deseado. Para crear un ambiente cálido y acogedor en salones, dormitorios o zonas de relax, se recomiendan bombillas con una temperatura de color de máximo 2.700-3.000 K. Esta luz cálida crea una iluminación agradable y relajante. Los ambientes industriales, de gran distribución y hospitales, en cambio, requieren tonalidades muy diferentes: normalmente, por encima de los 5000K.
Luz cálida: qué significa y en qué ambientes es preferible
La luz cálida llega hasta los 3.300K y es de un tono amarillo-rojizo que recuerda a la luz de las bombillas tradicionales incandescentes, alrededor de 2.700K. De hecho, el tipo de bombilla aún más común hoy en día es ese.
Buscando términos de comparación entre las luces que nos rodean, las más cálidas son las de las velas, con unos 1.500K, o las del sol al amanecer y al atardecer, alrededor de 1.800K. La luz blanca cálida es por lo tanto ideal para ambientes domésticos como salones, dormitorios y comedores, ya que crea un ambiente acogedor y relajante.
Por eso, muchas bombillas LED decorativas emiten una luz cálida o muy cálida.

Foto: @paulinesimpkin6
Luz natural: cuántos grados Kelvin y en qué ambientes es adecuada
La luz natural, a menudo denominada "blanco neutro" o "blanco frío", tiene una temperatura de color tradicionalmente comprendida entre 3.300K y 5.300 K. Aproximadamente a 5000K, por ejemplo, es la luz del flash electrónico, y la luz solar al mediodía ronda los 5.200 K.
Algunas marcas etiquetan las lámparas y bombillas que emiten una luz de 3.500-4.000 K como “luz natural” porque emiten una luz con una temperatura de color similar a la de la luz ambiental diurna en los hogares, cuando el sol ilumina las habitaciones.
Este tono no altera los colores y favorece la concentración. Por eso, es adecuado para espacios donde se requiere una reproducción cromática óptima. Oficinas, estudios artísticos o entornos de trabajo donde es importante una buena visibilidad utilizan bombillas de este tipo.

Foto: @lisaland.ing
Luz fría: cuál es y dónde se utiliza
La luz fría, con una temperatura de color superior a 5.300 K, emite un tono blanco-azulado similar a la luz diurna directa. La luz del día con el cielo totalmente nublado ronda los 7.000 K. Se utiliza principalmente en garajes y espacios exteriores, en entornos comerciales o industriales, como supermercados, hospitales o áreas de trabajo donde se requiere una reproducción cromática precisa y una luz intensa.
En conclusión, los grados Kelvin y las diferentes tonalidades de luz ofrecen una variedad de opciones cuando se trata de iluminación. Conocer las diferencias entre luz cálida, natural y fría puede ayudar a crear el ambiente deseado y a mejorar la eficiencia energética.
Cuando se elige una bombilla, es importante no considerar solo la luminosidad adecuada en términos de Lúmenes y Vatios, sino también tener en cuenta el ambiente, el efecto luminoso deseado y las actividades que se realizarán en ese espacio concreto, para obtener una iluminación óptima para cada necesidad.

Foto: @simohome_18
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